domingo, 3 de septiembre de 2017

Pájaro y Pepe Begines en la Puebla de Cazalla




De izquierda a derecha, Álvaro Begines, Pepe Begines, 
Pájaro y Salvador Romero. (Foto MCarmen).


            El Auditorio Corbones se quedó ayer pequeño para acoger a los fervorosos seguidores de La Banda de la Caja Negra y No me pises que llevo chanclas. Contagiados por el entusiasmo que transmiten sus líderes —Andrés Herrera («Pájaro») y el inefable Pepe Begines—, los asistentes estuvieron bailando y coreando las canciones desde las once de la noche hasta cerca de las tres, cuatro horas de música ininterrumpida. Algo memorable. Los músicos, a los que se veía muy a gusto con aquel público tan entregado, fueron generosos y no dudaron en volver al escenario tantas veces como se les pidió. La Puebla de Cazalla no es una localidad cualquiera. Es un pueblo de intelectuales y artistas. Allí está el bar Zeppelin, de José Paniagua, un local joven pero ya con solera, por donde pasan los mejores grupos nacionales y donde la música en directo se mima y se respeta. En su escenario ofreció Silvio Fernández Melgarejo uno de sus últimos conciertos. Pájaro lo sabe y en la Puebla se encuentra especialmente bien. Su banda fue la primera en tocar. Era su formación versión rockera (batería, bajo y dos guitarras). Interpretó lo que el público esperaba, las canciones del gran Silvio, que nos emocionaron por estar su espíritu tan cerca, en la salida de la carretera de Morón, el sitio del Zeppelin. También nos regaló un par de instrumentales cañeros y delicados a un tiempo, con cálidos punteos inspirados en fraseos de composiciones clásicas de aire andaluz.
            Acabada su actuación, Pájaro dio paso a Pepe y a los suyos. Y ahí nos divertimos todos como si fuéramos niños de nuevo. Con su habitual talento para hacer reír y pensar con sus temas, Begines, acompañado de batería, bajo y dos guitarras, cantó todas sus composiciones más conocidas, sobre todos las de su potentísimo primer disco, No me pises que llevo chanclas (Agropop) (1989). Ese trabajo contiene «An ca Conil», quizá uno de los temas que mejor representa su estilo. Ya no se suben al escenario nueve personas como entonces, pero el directo de la banda sigue siendo igual de brillante y potente. Begines homenajeó a algunos de sus amigos y colegas más cercanos, como el mismo Pájaro —que volvió al escenario para poner un talentoso punteo a «No veo na»— y Kiko Veneno, de quien los Chanclas interpretaron su tierno «Joselito».

            En fin, un concierto memorable en un auditorio único en muchos kilómetros a la redonda. Copien su traza, señores alcaldes, y los amantes de la música y el teatro les querrán al menos un poquito. Piénsenlo. 

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